sábado, septiembre 24, 2005

Mis dedos sobre su piel


Uno siempre cree que tiene la situación bajo control.

Anoche estuve donde Alejandra y me encontré con Ricardo... todo parecía ir normal hasta que a Ricardo se le ocurrió la brillante idea de acostarse sobre mi regazo... al tenerlo tan cerca no pude evitar tocarlo, acariciar su cabello, sentir su piel en mis dedos... una sensación conocida pero a la vez completamente nueva para mí, dulce, extrañamente deseada por mucho tiempo y así estuve un buen rato pensando en que era lo que hacia mi mano y que era lo que quería hacer, jajaja, era como si tuviera voluntad propia y mis dedos recorrian su frente y su cabello de una forma deliberadamente sensual.

Después empeoró la situación... jajaja, el decidió cambiar de posición y colocar su cabeza sobre las piernas de Alejandra y sus piernas sobre las mias y entonces metí la mano dentro de la bota de su pantalón, solamente acaricié su pantorrilla un segundo fugaz, pero mi piel le dijo a mi cerebro que esa era su piel.

Me sentí extrañisima, feliz pero en el fondo me sentí tristemente decadente y vencida por mi propia debilidad.

No se porque lo hizo. Estoy casi segura de que no le llamo la atención para nada y sin embargo no deja de hacer comentarios ambiguos que solamente me despistan... me toca, me suelta, me abraza con tanta fuerza que quedo impregnada de su aroma, y de repente está tan distante pero tan distante que ni lo reconozco, a veces creo que todo el respira vida, y sin embargo es tan mistico que casi no parece la misma persona.

Lo que pasó ese día al enterarme sobre el mordisco que le había dado la francesa me afectó al punto de dejar de verlo como un personaje ficticio y empezar a verlo como a un hombre, que respira, rie, se equivoca y emana calor de su piel como todos los humanos.

Creo que ignoraré todo, cuando lo vuelva a ver... no sé con que cara le voy a hablar después de haberlo tocado así, o más bien después de haberlo sentido así ... y sin embargo no lo toqué... bueno... casi.

No hay comentarios.: